Esta es una receta que me ha enseñado mi suegra y que forma parte de esos guisos que reconfortan, y que a mi me recuerdan a la familia y al calor de hogar.
Como la mayoría de estos guisos tienen ingredientes sencillos y asequibles que permiten que en cualquier casa se pueda "dar de comer" a muchos comensales con apetito.
Ingredientes (dos personas)
Empezamos por pelar y cortar las patatas en rodajas de unos 5 milímetros, mejor pecar de un poco más gruesas que de más finas, las pasamos por harina y luego por huevo batido ligeramente sazonado. Las vamos poniendo en una cazuela con el aceite caliente para rebozarlas. ¡Ojo! que no se quemen.
En un mortero ponemos un poco de sal, los ajos en trozos, el orégano, el perejil picado, el azafrán, la pimienta y la guindilla. Lo machacamos bien y reservamos. Si te gusta, también quedan muy bien con un poco de carne de pimiento choricero.
Una vez rebozadas todas las patatas retiramos parte del aceite y echamos la picada del portero, damos unas vueltas y ponemos la mitad del caldo, removemos y vamos agregando las patatas. Damos unos meneos a la cazuela para que se reparta todo y completamos con el resto del caldo hasta que justo se cubran las patatas. Es el momento de probar y rectificar de sal.
Las dejamos tapadas a fuego bajo y en 20 minutos estarán listas. Para saberlo podemos pinchar las patatas con un cuchillo y si vemos que sale sin esfuerzo es que ya están.
La fécula de la patata y la harina del rebozado espesarán la salsa, pero si se te ha ido la mano con el caldo o simplemente te gusta más espesa la salsa puedes añadir un poco de Maizena disuelta en agua fría y dejar que hierva para que espese.
Al emplatar podemos poner un poco más de perejil, cebollino o huevo duro picado. Según gustos.
Como la mayoría de estos guisos tienen ingredientes sencillos y asequibles que permiten que en cualquier casa se pueda "dar de comer" a muchos comensales con apetito.
Ingredientes (dos personas)
- Dos patatas (según apetito)
- 2 huevos para rebozar
- Harina para rebozar
- 200 mililitros de caldo o agua
- 2 dientes de ajo
- Orégano
- Unas hebras de azafrán
- Perejil
- 1 guindilla
- Sal
- Pimienta
- Aceite
Empezamos por pelar y cortar las patatas en rodajas de unos 5 milímetros, mejor pecar de un poco más gruesas que de más finas, las pasamos por harina y luego por huevo batido ligeramente sazonado. Las vamos poniendo en una cazuela con el aceite caliente para rebozarlas. ¡Ojo! que no se quemen.
En un mortero ponemos un poco de sal, los ajos en trozos, el orégano, el perejil picado, el azafrán, la pimienta y la guindilla. Lo machacamos bien y reservamos. Si te gusta, también quedan muy bien con un poco de carne de pimiento choricero.
Una vez rebozadas todas las patatas retiramos parte del aceite y echamos la picada del portero, damos unas vueltas y ponemos la mitad del caldo, removemos y vamos agregando las patatas. Damos unos meneos a la cazuela para que se reparta todo y completamos con el resto del caldo hasta que justo se cubran las patatas. Es el momento de probar y rectificar de sal.
Las dejamos tapadas a fuego bajo y en 20 minutos estarán listas. Para saberlo podemos pinchar las patatas con un cuchillo y si vemos que sale sin esfuerzo es que ya están.
La fécula de la patata y la harina del rebozado espesarán la salsa, pero si se te ha ido la mano con el caldo o simplemente te gusta más espesa la salsa puedes añadir un poco de Maizena disuelta en agua fría y dejar que hierva para que espese.
Al emplatar podemos poner un poco más de perejil, cebollino o huevo duro picado. Según gustos.
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